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PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL

 

FILOSOFÍA INSTITUCIONAL

 

La I.E.D. España fundamenta su quehacer pedagógico en el principio “Aprender haciendo,” que supone, en cada uno de sus integrantes, un bagaje que potencia el desarrollo de la actividad escolar. El socio-constructivismo orienta nuestro quehacer pedagógico y supone una acción conjunta entre el estudiante y el maestro, que anula el autoritarismo y la pasividad, favoreciendo el crecimiento mutuo. La ciencia y la tecnología son consideradas como un medio al servicio del hombre, nunca como un fin, ya que brindan herramientas para enfrentar la situación real de cada uno en un mundo competitivo. La institución pretende así capacitar al estudiante para que se integre a la sociedad colombiana como un líder que señale derroteros a quienes con él conviven, para construir una sociedad más justa y más humana

 

MISIÓN

El colegio España I.E.D. ofrece a sus estudiantes una formación crítica e incluyente; donde la educación artística como énfasis y los demás campos de pensamiento, aportan al desarrollo competencias que contribuyen al fortalecimiento del sentido de vida y de los valores ciudadanos.

 

 

VISIÓN

El Colegio España I.E.D. en el 2025 será referente de liderazgo local en formación artística, el cual desde la afectividad y el conocimiento, forme estudiantes transformadores sociales, capaces de reconocer y respetar la diferencia como principio fundamental en las relaciones interpersonales, y asuman el compromiso de un desempeño ético y responsable.

 

NOMBRE DEL PEI

El Proyecto Educativo Institucional con una visión humanista, énfasis en formación artística, y centrado en el desarrollo cognitivo y emocional; bajo el nombre: LA CREATIVIDAD COMO HERRAMIENTA DE CONOCIMIENTO Y CONTEXTUALIZACIÓN PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PROYECTO DE VIDA.

PERFIL DEL EGRESADO

 

Un estudiante del COLEGIO ESPAÑA I.E.D., está en un proceso formativo continuo, que tiene como finalidad lograr desarrollar habilidades que lo caractericen como:

 

  1. Un ciudadano global capaz de trascender, creativo, proactivo y emprendedor, que en su quehacer integre lo ético y lo estético, defensor y constructor de paz, gestor de su proyecto de vida y líder que aporte a la transformación social.

  2. Poseedor de consciencia plena en cada una de sus actuaciones, asumiendo con total responsabilidad las consecuencias de las mismas.

  3. Reconocedor de la realidad que lo rodea y con capacidad de tomar decisiones autónomas para transformarla de forma positiva en beneficio propio y de la sociedad en general.

  4. Gestor de sus deberes y derechos, que le permitan enfrentar con éxito los retos creativos, cognitivos y socioemocionales, para fortalecer su sentido de vida con autonomía y responsabilidad.

  5. Poseedor de capacidad creativa, critica y analítica para le resolución de problemas en su vida personal y profesional.

  6. Capacitado en el manejo y buen uso de la información, y su transformación en conocimiento

PRINCIPIOS Y CREENCIAS INSTITUCIONALES

Los principios o creencias que a continuación se presentan abordan un gran número de aspectos de la educación y son una respuesta a la búsqueda autentica de la dificultades y problemáticas de una realidad ecléctica, diversa, con desafíos éticos y en valores, muy exigentes y con la necesidad de asumir de forma integral al ser humano en sus múltiples dimensiones como individuo y como parte de una comunidad, que en nuestro caso es la educativa. En este escenario hablar de complejidad es evidente, al igual que de complementariedad, en un contexto con límites difusos y grandes incertidumbres. Es por esto que definir un enfoque holístico puede servir de ayuda activa en la enseñanza, acudiendo al pensamiento complejo y resaltando la dimensión afectivo-emocional en el proceso formativo, de igual manera la educación con  sentido de vida involucra la construcción de identidad y proyección personal y social,  permitiendo en conjunto configurar comunidades de aprendizaje inclusivas. (Rego, S. y Anxo, M. 2000)

 

Este documento presenta una sustentación teórica a los principios o creencias dadas en la renovación del horizonte institucional del colegio España I.E.D. para el 2019, con el fin de aportar a la comunidad educativa elementos y herramientas que faciliten la implementación de esta propuesta en la institución en general hasta las aulas de clase y el currículo de todas la áreas.

  1. La educación es un derecho y un deber de los integrantes de la comunidad educativa.

  2. Los procesos democráticos de la Institución, sólo serán posibles a través de la participación activa de sus integrantes.

  3. El centro de la actividad pedagógica en la institución, es la formación humanística integral.

  4. La mayor motivación de los estudiantes es que su aprendizaje sea   significativo para construir su proyecto de vida.

  5. La acción pedagógica debe facilitar en el estudiante “un saber hacer” con aquello que se aprende.

  6. En el momento de presentarse una situación que genere conflicto, se debe tener en cuenta, que él bien común prima sobre el particular.

  7. Fortalecimiento del trabajo en equipo, colaborativo y cooperativo a partir del ciclo inicial.

 

 

EL COLEGIO ESPAÑA I.E.D. en procura de revisar y ajustar el horizonte institucional, en relación con su contexto social y cultural, ha tenido en cuenta las siguientes creencias institucionales como base de su actuar

PEDAGOGÍA ADAPTATIVA:

 

Entendiendo que los alumnos son diversos en sus características y ritmos de aprendizaje, es preciso construir una pedagogía en función de las diferencias individuales, pero necesariamente en contexto de grupo, donde se materialice la diversidad en el aula como una mezcla colectiva de diferencias y similitudes. Por tal razón, es necesario la adaptación del proceso educativo a las diferencias individuales –cognitivas y emocionales-, en el marco de un modelo centrado en el alumno, donde las didácticas diferenciadas estén más orientadas a la equidad que a la igualdad.

La pedagogía adaptativa es un área casi obligatoria en el quehacer educativo porque permanentemente existe una diversidad en todas las aulas: en los profesores, en los estudiantes, en el área de estudio, en las dinámicas del grupo, con las metodologías implementadas, en los trabajos de área con otros profesores, en cada institución y su respectivo PEI, entre otras muchas variabilidades que podemos enumerar. En la continua búsqueda de lograr los objetivos educativos y un aprendizaje significativo se planea y desarrolla los planes curriculares teniendo con frecuencia el análisis de las características más importantes de los estudiantes y del grupo con una intención de adaptabilidad a estas diferencias mencionadas. De forma general se puede decir que toda intervención educativa requiere de adaptación.

 

La adaptación requiere asumir la diferencia y la diversidad del entorno en el que nos encontramos y de las personas con las que interactuamos, visualizarlas, enumerarlas, conceptualizarlas, y aceptando una apertura a la complejidad que esta realidad nos ofrece. Enfocándonos en esta pluralidad de los estudiantes, los docentes tienen como respuesta frecuentemente de diversas maneras, bien puede ser apoyándose en los puntos fuertes, evitando sus dificultades, o eliminando sus errores, aceptando que ellos aprenden de diferentes maneras y la responsabilidad del profesor es asegurar el logro de los objetivos propuestos implementando las metodologías más adecuadas. Dichas metodologías se piensan eficaces o no de acuerdo con el numero de estudiantes que alcanzan los objetivos, si son muchos es muy eficaz y si son pocos requiere ser revisada. Otra visión es que la razón de no alcanzar los objetivos está dada por los estudiantes, porque no tienen las competencias necesarias o no tienen la motivación para hacerlo.  “El hecho es que las diferencias individuales están presentes en las aulas y han sido objeto de estudio en la investigación pedagógica diferencial y en ellas, precisamente, se centra el enfoque de la Educación Adaptativa”. (Garcia, M. 1997)

 

La dificultad de la implementación de está pedagogía adaptativa la exponen los profesores al encontrar complejo atender eficazmente la diversidad de las aulas y con ello lograr que todos los estudiantes consigan los objetivos planteados. Aparece con esto el reto de la administración educativa, de los centros educativos y en última instancia el profesorado para encontrar la solución más adecuada para atender a esta diversidad mencionada. Para los profesores la formación permanente es necesaria y en esta área pedagógica igual, por lo que Arteaga, B. y García, M. (2008) proponen dos fases en este proceso, la primera como formación previa a la intervención en el aula, basada en la teoría de la Educación Adaptativa y cambio de actitud frente a la diversidad y la segunda fase de formación continua se requiere durante el proceso de implementación de las estrategias en el aula, que inicia consensuando los objetivos y construyendo los materiales necesarios, para continuar con el seguimiento de la acción práctica diseñada.

 

El profesorado para implementar la Pedagogía Adaptativa requiere de manera general de cuatro competencias básicas: “compromiso y actitud positiva hacia la diversidad, planificación educativa teniendo en cuenta las diferencias, mediación educativa para lograr los objetivos y evaluación formativa para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes y las estrategias adaptativas” (Arteaga, B. y García, M. 2008 pg. 263).  De igual manera la investigación en esta área requiere continuar y extenderse, tanto a nivel básico como aplicado, retroalimentándose entre sí. La investigación básica aportando el conocimiento sobre la adaptación educativa y proporciona el marco tanto para plantear hipótesis como para diseñar intervenciones significativas y la investigación aplicada necesita corroborar la validez de los principios enunciados, así como centrarse en la mejora de la intervención educativa, logrando que cada estudiante alcance los objetivos de forma óptima y eficiente. (García, M. 2010)

 

Es importante resaltar siete elementos que Arteaga, B. y García, M. 2008 considera fundamentales para que una estrategia de Educación Adaptativa funcione:

1) un marco teórico potente que sustente y de forma a la manera de abordar el problema y la solución; 2) un planteamiento de la diversidad desde una cultura positiva que considere las diferencias como una realidad a la que hay que atender. …; 3) la formación específica del profesorado en atención a la diversidad que les implique competentemente en el diseño de soluciones y recursos; 4) un trabajo cooperativo e interprofesional que incluya técnicos en intervención psicopedagógica y docentes de distintos ámbitos con experiencia educativa; 5) un diagnóstico de la realidad escolar y de las diferencias de los estudiantes y del sistema, identificando todos aquellos elementos que facilitan o, por el contrario, impiden el logro de los resultados esperados; 6) la búsqueda e introducción de estrategias y recursos variados y eficaces; y 7) el apoyo y flexibilidad de la dirección del centro y de la administración educativa que facilite la reorganización del entorno escolar según las necesidades de la situación particular

 

En la literatura de la Pedagogía Adaptativa se encuentran ejemplos para realidades concretas de áreas de aprendizaje como el inglés (Pontóna, M y Fernández, S.2014) o matemáticas (Arteaga, B. y García, M. 2010) o para estudiantes con características particulares como el Trastorno por Déficit de Atención (Arbeláez, L. y Torres, B. 2016), por nombrar algunos ejemplos. En consecuencia, es de anotar que existen grupos de investigación, congresos, páginas web (https://adaptativa.jimdo.com/) y otros recursos con los que pueden contar las personas e instituciones interesadas en este tema y en su implantación, continuar la indagación y estar activo entre los otros involucrados establece una comunidad que se potencia y construye una cultura de aceptación e integración de la diversidad en nuestro sistema educativo y por extensión en nuestra sociedad.

 

EDUCACIÓN EMOCIONAL: SIN EMOCIÓN NO HAY APRENDIZAJE:

 

La educación emocional y cognitiva, constituyen ambos los elementos esenciales para el desarrollo integral de la personalidad; y teniendo en cuenta que el proceso educativo -mediado por las relaciones interpersonales-, está impregnado por múltiples factores emocionales; se debe propender por el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones, con el objeto adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de los demás, y desarrollar la habilidad de relacionarse emocionalmente de manera positiva con el otro.

La Educación Emocional parte de la aceptación de la inteligencia emocional y su nivel igualitario a las capacidades cognitivas en el proceso de aprendizaje, de igual manera que es parte transversal en todos los niveles de la educación y es por esto que los docentes son actores principales en el desarrollo de las capacidades emocionales de los estudiantes, siendo ellos quienes necesitan preparación y atención de forma prioritaria y preponderante. El apoyo y soporte que los docentes requieren para sostener esta importante tarea de educar a los niños y jóvenes involucrando la inteligencia emocional, implica que ellos estén capacitados en las competencias que hasta ahora no se habían incluido explícitamente en el proceso educativo. La salud y equilibrio emocional de los docentes necesita de programas gubernamentales e institucionales que respondan de forma directa a esta exigencia que se vive con claridad en la actualidad.

 

La educación emocional no es un tema de moda ya que hace parte del pensamiento pedagógico de todos los tiempos y con los hallazgos recientes de la psicología y la neurociencia y la demanda de la sociedad actual cobra una gran importancia en el sistema educativo. La educación y la sociedad en general busca contribuir a alcanzar niveles elevados de bienestar individual y comunitario, para lo que los individuos requieren vivir en armonía, en amor y respeto con consigo mismo, con los demás y su entorno, por lo que la formación en todos los ámbitos reclama un cambio de perspectiva hacia un ser humano integral y holístico, y el nivel emocional es uno de ellos. 

 

La Educación Emocional tiene como concepto según Bisquerra 2000: “un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social”. (p.243). Otro concepto generalizado es el de Mayer y Salovey (1997) en cuyo modelo se considera que la inteligencia emocional implica: “la habilidad de percibir, valorar y expresar emociones con precisión; la habilidad de acceder y generar sentimientos para facilitar el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y conocimiento emocional; la habilidad para regular emociones que promuevan el crecimiento intelectual y emocional”.(p. 4).

 

Como fundamentos teóricos se puede diferencial los aportes desde diferentes perspectivas, desde la pedagogía pensadores como Pestalozzi, Monstesorri, Freinet, Freire, Simón Rodríguez y Prieto Figueroa, han encontrado la importancia de relacionar lo afectivo y lo cognitivo en el aprendizaje; desde las teorías emocionales los aportes más contemporáneos están dados por  Arnold (1970), Fridjda (1988), Lazarus (1991), entre otros, los cuales permiten comprender la complejidad de las emociones y los procesos emocionales; desde la psicología humanista se destacan Maslow (1982) y Rogers (1977, 1978) que presentan que la autorrealización es una de las metas de la educación y la seguridad, pertenencia, dignidad, amor, respeto y estima, pertenecientes al mundo afectivo hacen parte de esto; desde la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1995) se encuentra los estudios de la mente y el cerebro presentando que las personas poseen diversos tipos de inteligencia; desde el concepto de inteligencia emocional de Salovey y Mayer (1990) y Goleman(1996) se ha profundizado y difundido el concepto de inteligencia emocional y su importancia en el proceso de educación integral del individuo que dura toda la vida, de igual manera Goldie (2002) sostiene que nuestras emociones pueden educarse, conociéndolas y controlándolas; y por ultimo desde los aportes de la neurociencia de MacLean (1993), Le Doux (1999) y Damasio (1994) han permitido profundizar en la estructura del cerebro y de su funcionamiento y con ello a las construcción del concepto de cerebro emocional. (Vivas, M. 2003).

 

Se ha incrementado el interés por analizar la relación existente entre la inteligencia emocional, el éxito académico y el ajuste emocional de los estudiantes y Jiménez, M y López, E. 2009 lo presentan de forma amplia en el estado de la cuestión. De igual manera, no basta sólo con diseñar y aplicar programas educativos que pretendan desarrollar la Inteligencia Emocional o las competencias emocionales, sino que “también es preciso evaluar estas intervenciones, tanto para contar con datos empíricos acerca de su mayor o menor grado de validez como para detectar aquellos aspectos de tales intervenciones que sean susceptibles de mejora” (Pérez-González,2008 en Jiménez, M y López, E.0 2009). Sobre este aspecto evaluativo de la inteligencia emocional se encuentran varias dificultades referentes en primera instancia al enfoque de medición, que puede hacerse con instrumentos clásicos basados en cuestionarios, escalas y auto-informes que se completan por el propio estudiante, otro enfoque donde el evaluador es un observador externo que puede ser compañeros del estudiante o el profesor y como ultimo enfoque está dado por medidas de habilidades o de ejecución propios de la inteligencia emocional; aunque ninguno de estos instrumentos cuente con rigor científico para medir las competencias emocionales de los estudiantes. 

 

En apartados anteriores se mencionaron algunas definiciones de Inteligencia Emocional y a partir de estas es necesario especificar capacidades y competencias que se buscan desarrollar en el individuo. Salovey en 1990 señaló cinco capacidades fundamentales:

 

1. Conocer las propias emociones: reconocer un sentimiento mientras ocurre.

2. Manejar las emociones: manejar los sentimientos para que sean los adecuados.

3. Encontrar la motivación: ordenar las emociones al servicio de un objetivo mayor, desarrollando      la capacidad de “automotivarse”.

4. Reconocer las emociones de los demás: la empatía.

5. Manejar las relaciones: manejar las emociones de los demás dentro del contexto interpersonal y social. Estas habilidades se relacionan al liderazgo y la eficacia interpersonal. (Buitrón, S. y Navarrete, P. 2008)

 

Refiriéndose a las competencias de la Inteligencia Emocional Goleman en el 2002 al establecer el modelo de dicha inteligencia, propuso dos grandes tipos de competencias que agrupan cuatro aptitudes, en donde el primer tipo de competencia se refiere a la relación consigo mismo y el segundo tipo es de carácter social referida a los vínculos que se establecen con los otros. Buitrón, S. y Navarrete, P. 2008 presentan de forma esquemática el contenido de cada uno de estos dominios:

 

1. Competencias personales:

a. Conciencia de uno mismo: comprender profundamente las emociones, fortalezas y debilidades, valores y motivaciones. Se sustenta en el desarrollo de tres habilidades: la conciencia emocional, la valoración personal y la confianza en uno mismo.

b. Autogestión: regular los afectos y emociones para actuar con lucidez y claridad, según las demandas de cada situación. En tal sentido, además de la capacidad de regular la expresión de las emociones, se necesitan habilidades como la transparencia, la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes y responder con iniciativa y optimismo, y la orientación hacia el logro a través del esfuerzo.

 

2. Competencia social:

a. Conciencia social: ser capaces de comprender los sentimientos ajenos y tomarlos en cuenta durante el proceso de toma de decisiones. Se resalta el rol de la empatía, pero se requiere también del desarrollo de habilidades complementarias, como la facultad de tomar conciencia en la organización de los grupos humanos y la actitud de servicio.

b. Gestión de las relaciones: regular las emociones de las otras personas; inspirarlas y movilizarlas en la dirección adecuada. Para ello, resulta indispensable ser capaz de establecer vínculos auténticos y duraderos, gestionar los conflictos, y trabajar en equipo en favor de los cambios deseables.

 

La necesidad de difundir y capacitar a las familias es también un aspecto relevante en esta área, las escuelas de padres y materiales escritos difusión gratuita como la Guía breve de EDUCACIÓN EMOCIONAL para familiares y educadores de la Asociación Elisabeth d'Ornano, dan elementos fundamentales para este propósito.

 

EDUCACIÓN PÚBLICA, FACTOR DE EQUIDAD:

 

Una educación pública de calidad y para toda la población, es el único camino para reducir las desigualdades sociales y propender por un sistema social y cultural equitativo; propósito que requiere de un trabajo de concientización a la comunidad educativa acerca del potencial transformador que tienen las escuelas, y de realizar ingentes esfuerzos por transformar nuestros sistemas educativos, que nacieron y se consolidaron con una concepción igualitaria, a una concepción de equidad e igualdad de oportunidades, donde los sistemas educativos no reproduzcan, refuercen y legitimen las desigualdades de origen de los estudiantes.

 

DOCENTE MEDIADOR:

 

El maestro del COLEGIO ESPAÑA es un formador de ciudadanos, capaz de leer los contextos locales y globales que le rodean y de responder a los retos de este tiempo. Es un facilitador que domina su disciplina y que, a través de metodologías activas, ofrece las herramientas necesarias para que los estudiantes comprendan el mundo desde diversos lenguajes, aprendan a vivir con los demás y sean proactivos.

EDUCACIÓN CON SENTIDO DE VIDA:

 

El objetivo de toda educación genuina es el de humanizar y personalizar al hombre; y en este sentido, el proyecto de vida es sin lugar a dudas una directriz que sirve de guía y motiva permanentemente las actividades, intereses y expectativas de cada individuo, que está al tanto de lo que quiere, y se esfuerza para lograrlo. Corresponde al proceso educativo ayudar al estudiante a hacerse cargo en forma responsable de su finalidad, ocupando un rol protagónico en su proceso formativo, y potenciando el desarrollo de cualidades y valores que faciliten la realización de este proyecto. La estructuración de contenidos con sentido en un proceso educativo, cercanos de la significancia del día a día, favorece la construcción de una identidad propia por parte del estudiante, y le permite a este ocupar un lugar en el  contexto social en que se desarrolla; y aunque el sentido de vida se construye en la interacción con el otro, este no se traspasa ni se enseña, se vive, se hace y rehace en la vivencia.

Esta línea de educación es difícil de rastrear en la literatura, debido seguramente a la amplitud y cantidad de interpretaciones a la expresión “sentido de vida”, es por esto que tomaremos una definición dada por Martinez 2011 donde sentido de vida se entiende “como la percepción afectiva cognitiva de valores que invitan a la persona a actuar de un modo u otro ante situaciones específicas o la vida en general, dando coherencia e identidad personal”.  Por lo tanto, lo que da más sentido o significado de vida es lo referido al tema de los valores y no simplemente a la interpretación situacional de un contexto, motivo por el cual la búsqueda de sentido iría más allá de la búsqueda de coherencia e identidad, aunque la misma sea un resultado de tal descubrimiento (Martínez, 2007 en Martinez 2011).

 

La educación con sentido de vida requiere orientar la mirada a las transformaciones sociales en nuestro entorno donde la dimensión espiritual parece tener una influencia en la salud, y a su vez tener un impacto en las emociones, pensamientos y comportamientos de las personas. (Krok, 2008, Strumper, 2009). Así la relación del sentido de la vida con el bienestar, el afecto positivo, el adecuado afrontamiento y la felicidad también abarca el propósito vital, los valores y las respuestas que se dan a las preguntas que la vida plantea (Adler y Fagley, 2005; Greenglass y Fiksenbaum, 2009; Ho, Cheung y Cheung, 2010; Krok, 2008; Pan, Fu Keung, Lai y Joubert, 2008; Pan, Wong, Joubert y Chan, 2008; Peterson, Park y Seligman, 2005; Schnell y Becker, 2006; Vella-Brodrick, Park y Peterson, 2009 en Martinez 2011)

 

 

El sentido de vida es lo que da significado y ayuda a encontrar un soporte interno a la existencia. Víctor E. Frankl, representante de la psicología humanista existencial, lo define como el motivo, la razón, lo que te impulsa para lograr algo o para ser de una manera determinada, es decir, lo que nos orienta y nos guía (Frankl, 1994). Esta temática es estudiada desde la teoría existencial de VictorFrankl (1905-1997) fundador de la tercera escuela vienesa de psicoterapia la Logoterapia. El sentido de la vida es un constructo que ha sido estudiado desde diferentes áreas como es la psicología y la filosofía. En el caso de la Logoterapia, esta es considerada como uno de los modelos más representativos de la psicoterapia existencial, es posible identificar claramente que tanto su concepción antropológica como su intervención clínica se fundamentan en principios éticos ampliamente reconocidos y sostenidos por la bioética, como son: el respeto por la vida y la dignidad de la persona, la importancia de la dimensión espiritual en el hombre o el sentido trascendente de la existencia humana, entre otros la construcción del sentido de la vida de los individuos en las diferentes etapas del desarrollo.(Cordoba, L. 2008)

 

 

Para exponer algunas de las razones que puede abocar un individuo a la falta de sentido de vida o vacio existencia se presenta a continuación las que Maseda, P., et. al. 2011 refiere:

 

  • Motivos psicológicos, como el hecho de verse limitado en la voluntad de sentido o búsqueda natural de una razón de ser de su vida. El individualismo tan generalizado en nuestra sociedad genera conductas egoístas que limitan la capacidad de trascendencia personal e inhiben la consolidación del sentido de vida.

  • Razones de carácter filosófico como la concepción del absurdo de la vida. Según Albert Camus (1996) la vida no tiene sentido y no vale la pena vivirla. Para Sartre (1985), la vida, a priori, no tiene sentido. La vida antes de vivirla no es nada, debemos darle sentido. El vacío existencial se produce cuando el individuo no trasciende su vida cotidiana, cuando carece de un proyecto de vida que dote de sentido su existencia y el fin de sus días.

  • Cuestiones como la dinámica cultural de la sociedad occidental contemporánea posibilita la falta de sentido de vida. Una cultura secular, caracterizada por el predominio del “aquí y el ahora”, de la búsqueda y satisfacción de los intereses particulares a corto plazo. Como plantea Giddens (1995) la ruptura de los parámetros de certidumbre y seguridad dejan al individuo sin un asidero cultural bajo el cual dar respuesta a los dilemas existenciales.

  • Factores sociales tales como el sentido de pertenencia, las actividades que se realizan en el día a día, los grupos sociales en los que se llevan a cabo las actividades y a los que se pertenezca, contribuyen a la conformación de un sentido de vida pleno. La desvinculación del individuo del medio social, se encuentra en la base del vacío existencial. Para Durkheim (1971) la individualización excesiva, la separación radical de los demás seres, produce la incomunicación con las fuentes de las que debería alimentarse y a las que tendría que corresponder. Una vida sin arraigo social es una vida sin sentido.

 

La búsqueda de sentido de vida y de autorrealización se lleva a cabo en un entorno social y cultural, en el cual los individuos se relacionan entre sí en las redes o estructuras sociales en las que transcurre su vida. Forman parte de redes: primarias, secundarias, comunitarias y/o institucionales; que van conformando su identidad psicológica, social y cultural. A estas redes sociales tradicionales “reales o físicas” se les han sumado las “redes sociales virtuales” o “redes sociales de internet”. En esta cibercultura surgen nuevas formas de interactuar, de acceder a la información, de comunicarse y de organizarse en movimientos ciudadanos reivindicativos que hacen parte del sentido de vida del ser humano. (Maseda, P., et. al. 2011)

 

EDUCACIÓN ÉTICA Y EN VALORES:

 

La formación ética y en valores, incluye un aspecto antropológico multidimensional y profundo de la naturaleza de la persona humana[1] razón por la cual, en el proceso educativo formal, toda naturaleza que abarque la reflexión y la conciencia ética requiere, por tanto, de un enfoque integrador en el que los temas éticos se aborden en la mayoría o en todas las asignaturas escolares, trans-curricularmente e influyendo en la vida escolar en su conjunto.

Reconocer al estudiante en su proceso formativo como un ser relacional, dialogante y político que vive en comunidad, es sumamente importante y conduce a reflexiones sobre ética y formación en valores como estrategia para fortalecer esa postura dialógica y enfática en todos los niveles del proceso educativo. Dado que la ética no se relaciona sólo con unas reglas morales dadas o prescritas o con una lista específica de valores morales, sino que también está influida por nuestros caracteres; es necesario orientarla al desarrollo de virtudes que se encuentren presentes en el desarrollo del individuo y en el desarrollo de una comunidad en su conjunto.

Además del conjunto de conocimientos instrumentales, las habilidades sociales son una herramienta fundamental para tener éxito en la vida, pero la formación integral del ser humano requiere más que la transmisión de contenidos o conceptos, donde la incorporación intencional de valores como autonomía y solidaridad, son indispensables para una construcción de sociedad. Esto es posible en un escenario de formación marcado por la convivencia y el diálogo, donde es importante distinguir entre normas comunitarias y principios universales que le permita a los individuos ubicarse en el lugar de cualquier persona y se propongan reflexiones a partir de las interacciones humanas ocurridas no solo en el aula sino que trasciendan el contexto escolar, posibilitando el desarrollo de personas críticas y responsables, capacitadas y dispuestas a proponer soluciones a su entorno cercano o globalizado.(Suarez, J., Martin, J., Mejia, D. y Acuña, E. 2016)

 

“Los profesores construyen sus éticas a partir de una “fusión de horizontes” consistente en la superposición y entrecruzamiento de posturas éticas, derivadas de su práctica profesional y su experiencia de vida” (Suarez, J., Martin, J., Mejia, D. y Pájaro, C. 2012). En este mismo estudio donde muestran concepciones éticas de los docentes, presentan una relación entre dos corrientes que consideran hegemónicas y gérmenes de la ética en occidente, a partir de Aristóteles (griego) y Kant (moderno), encontrando que existen grupos minoritarios que mantienen una concepción ética dominante de algunos de las dos líneas mencionadas para configurar sus concepciones propias de la ética y los grupos mayoritarios tienen un horizonte más amplio que entremezclan las diversas posturas éticas mencionadas. A la izquierda aparece un gráfico que describe las teorías éticas del estudio histórico-hermenéutico. Otro hallazgo del estudio es que prevalece en los profesores la concepción de los modelos teóricos de la ética aristotélica y la ética de la justicia, y son consideradas menos relevantes la teoría kantiana y la ética discursiva. (Suarez, J., et al. 2012)

 

Teniendo en cuenta la pluralidad de concepciones de ética que se describen en el anterior párrafo es evidente la necesidad de encontrar puntos comunes de partida para establecer un dialogo con base en términos conocidos y definidos para todos por igual. A continuación, se seleccionó algunos términos y conceptos claves que son importantes para la comprensión de la ética y educación en valores que describen Pfeil, T. et al. 2017:

  • Ética: La ética es un sistema reflexivo de valores, principios, virtudes e ideales que dan forma a nuestras vidas y determinan la base de las relaciones que formamos con los demás, así como con nosotros mismos. Nos sitúa y nos orienta en el mundo. Es el tema principal de la filosofía moral como disciplina académica.

  • Valores: Los valores son creencias, actitudes e ideales importantes, profundamente arraigados, penetrantes y duraderos, que usualmente son compartidos por los miembros de una comunidad dada y se refieren a lo que es bueno o malo. Entendemos el mundo a nuestro alrededor a través de estos valores y orientamos nuestras vidas en consecuencia, ya que, como seres humanos, nos enfrentan inevitablemente a preguntas y desafíos sobre qué elegir para nosotros y para otros, qué hacer y cómo comportarse con los demás.

  • Educación Ética / La ética y la educación en valores: se aplica a todos los aspectos del proceso educativo, que se relacionan explícita o implícitamente con las dimensiones éticas de la vida y que pueden estructurarse, guiarse y monitorearse con métodos y herramientas educativas apropiados. Entre los objetivos principales de la ética y la educación de los valores figuran los siguientes: estimular la reflexión ética, la conciencia, la autonomía, la responsabilidad y la compasión en los niños, proporcionar a los niños conocimientos sobre principios y valores éticos importantes, dotarlos de capacidades intelectuales (pensamiento crítico, Reflexión, comprensión, toma de decisiones, compasión) para un juicio moral responsable, para desarrollar enfoques para construir un ambiente de clase o escuela como una comunidad ética y para situar de manera reflexiva a un individuo en comunidades locales y globales con la misión de contribuir a ellas. Todo esto permite a los niños superar los prejuicios, la discriminación y otras prácticas y actitudes poco éticas, ya la vez formar actitudes apropiadas hacia sí mismos, las relaciones que forman, la sociedad y el entorno.

  • Educación moral: La educación moral suele referirse a una parte más concreta del proceso de socialización y educación, que se ocupa primordialmente de inculcar a los niños normas, valores y virtudes claves, que son reconocidos en sociedad y se basan en diversos sistemas de creencias, valores, tradiciones y religiones.

  • Educación cívica / para la ciudadanía: La educación cívica y para la ciudadanía aportan el conocimiento y la comprensión necesaria para convertirse en un ciudadano informado, el desarrollo de las habilidades de reflexión y el discurso en público así como el desarrollo de habilidades de participación y acción responsable. Se esfuerza por desarrollar y promover la ciudadanía activa y se centra principalmente en las dimensiones éticas de los contextos sociales y políticos pertinentes.

El Ministerio de Educación Nacional de Colombia en la serie lineamientos curriculares Educación ética y Valores humanos 1998 se resalta la formación en la autonomía y la capacidad de discernimiento de los estudiantes, fundamentando una ética cívica orientada hacia la construcción de una sociedad civil más participativa, más justa y más solidaria. En este documento es posible encontrar algunos conceptos que sustentan los lineamientos curriculares por áreas del conocimiento con el objeto de fomentar su estudio y apropiación, el marco legal y constitucional, los ámbitos y componentes de formación la educación Ética y Moral así como la evaluación de estos, entre muchos otros aspectos que dan la estructura desde el gobierno nacional.  

EL ARTE COMO MEDIADOR:

 

La educación artística se ha convertido en una herramienta y estrategia pedagógica que ha permitido fortalecer los procesos de enseñanza – aprendizaje en las diferentes esferas educativas, desarrollando en los estudiantes habilidades para ser críticos, analíticos y creativos; propiciando día a día a la disminución de rangos de agresividad en los niños/as y jóvenes al interior de los planteles educativos.

Más allá de una búsqueda incesante por la adquisición del conocimiento, el arte como lo afirma Vygotsky  en su texto Arte y emoción: Perspectivas Vygostkianas en psicología social de las emociones. “Lo que se denomina comúnmente como arte depende de su acto emocional: de hecho, es difícil concebir  los fenómenos artísticos sin su influencia en las emociones”( Strongman, 1991.  p. 229), pero para llegar a esto, se deben buscar elementos como la empatía entendida como la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar y de esta manera poder responder correctamente a sus reacciones emocionales (Barlart)

Como maestros hemos sido testigos de diferentes situaciones, entre la negativa de nuestros estudiantes frente a las emociones, tanto de ellos mismos como el de sus pares o colectivos;  sabemos y reconocemos que estas negativas, se debe a los modelos y pautas de control de emociones  que la sociedad nos ha inculcado desde un contexto histórico (Elias. 2012); haciéndonos sujetos apáticos frente a las problemáticas de los demás y de nuestro entorno, por esto lo primero que debemos hacer es indagar en la emocionalidad de nuestros estudiantes para llegar a generar la emoción para aprender y transformar el entorno. 

 

[1] MEN. Lineamientos curriculares Educación etica y valores humanos

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